domingo, 18 de noviembre de 2007

Remakes y debates

Hollywood perdió el norte, y los clásicos lo pagaron, así que hoy en día la nueva forma de explotación que sirve a los altos cargos del planeta más significativo y extravagante de EEUU no es otra que la del remake. Para definir los remakes se podrían mediar distintas clasificaciones dependiendo del director que los lleve a cabo, pero principalmente un alto porcentaje iría destinada a la clasificación de los jetas, esos señores que, por sacar cuartos de donde no los hay, se dedican a plantear y rehacer ideas que, estaban bien como estaban, y no podían dar más de sí. De todos modos, me esforzaré un poquito y realizaré una instantanea clasificación sobre estos sujetos:

Van Sant dijo que era por amor al arte, yo dije que le mataría, pero aun no lo he logrado.

a) Productores de remakes con mucha jeta: Estos individuos, tan aferrados al dollar como buen americano que se precie, agarran cualquier clásico de entre los clásicos (ejemplos: "Dial M for a Murder" -"Crimen perfecto"-, "The birds" -"Los pájaros"-, "Invasion of the body snatchers" -"La invasión de los ladrones de cuerpos", "Yojimbo", "Sichinin no samurai" -"Los siete samurais", etc...), y lo desgracian sin dudarlo ni un segundo. Da igual que sea encubierto o no, la cuestión es sacar pasta, como mandan los cánones.

b) Productores de remakes con más jeta que espalda: Este caso ya es más flagrante, pues no es otro que el de tipejos que compran ideas por doquier sobre películas cuyo estreno es anterior a los 10 años ("Oldboy", "Infernal Affairs" -"Juego sucio"-, "Funny games", etc...) y, como no, suscitaron mucha polémica y buena crítica. Pues lo dicho: ¡Cajón!

c) Productores de remakes autofinanciados y que pretenden aportar algo: Que luego sea cierto si aportan o no, es algo distinto, pero estos por lo menos ven la posibilidad de hacer llegar a un público más extenso su propia versión de una película posterior o no tan posterior... Ejemplos claros serían la antes citada "Funny games" (que estaría dentro de ambos grupos, por estar tras ella los de siempre, con más jeta que espalda, pero también el propio director del original, Haneke, intentando dar a conocer su peli a más gente) "The Red Circle" (versión de Johnnie To sobre "Le cercle rouge" -"El círculo rojo"- de Melville) o la, aún por estrenar, "Halloween" ("Halloween, el origen"), que Rob Zombie decidió reavivar con la intención de dar su propia versión y un poco de salsa al asunto.

¿Alguien se imagina a Nicolas Cage interpretando a este tipo? Me entran cagarrinas con tan sólo pensarlo.

Dirigiéndonos a este último ejemplo, y si algo puede que suscite el nuevo remake del polémico Rob Zombie sin ningún lugar a dudas, amen de los abucheos de sus detractores y las alabanzas de sus fans, será el debate. Debate sobre si Zombie ha logrado cuajar un producto a la altura de las exigencias de cualquier fan del clásico Carpenteriano, o sobre si sigue su camino marcado en la brillante "The devil's rejects" ("Los renegados del diablo"), adentrándose en esta ocasión en las entrañas del, quizá, más grande psycho killer de la historia del cine.

Entrando en matería, los argumentos a favor y en contra de Zombie arremeterán como vendavales contra este film: Por un lado, hallamos multitud de guiños que, ya no sólo se encuentran contextualizados en el original, sino también en alguno de los productos que ofrecería la saga más adelante, descubriendo hechos sobre el origen de Michael Myers, por otro lado nos topamos con algunos acontecimientos que no contentarán, para nada, a los fans del ya mentado clásico, pues ni la infancia del personaje motor de esta saga resulta tan inquietante como para anidar esa psicosis (más bien es típica en la versión que nos ofrece Rob), ni el final agradará a muchos, por dar al traste con un protagonista tan bien definido y tratado como Myers.
De todos modos, servidor por suerte ha visto dos versiones (una en Sitges y otra, supuestamente, versión comercial), así que sólo puedo estipular que ambas tienen sus fallos y aciertos (en una la huida de Myers es más sencilla y no tan recargada, pero el final más flojo, en la otra se aluden cosas interesantes, etc..), pero que ambas contribuyen, también, a formar otra parte más de ese mosaico dedicado a tan gran personaje, aderezando de nuevo una saga que desde "Halloween IV" (la última parte que resultó ser decente) estaba muerta.

El artífice de la nueva "Halloween", Rob Zombie

Lo único que le discutiría yo a Zombie, es que aunque, dentro de lo que cabe, se medien cambios en la personalidad de Myers, lo que jamás debería haber desviado hacía otros caminos es la forma de actuar de este peculiar psycho killer, pues todo ese aseptismo y premeditación que caracterizaban al personaje, aquí desaparecen de un plumazo para mostrarlo de un modo más embrutecido, directo y contundente, cosa que a mi no me ha hecho excesiva gracia, para qué mentir.

En defintiva, el debate está servido, y Rob lo modera, a partir de este momento, tanto fans de una saga como de un director podrán saltar a la palestra, pero yo me quedó, sin meditarlo, con el interés que me suscita la versión particular y personal de un señor que cada día logra encandilar a más fans tras de sí. Por algo será, digo yo, cuando no sólo los jevis y metaleros le sirven de estandarte.

"Pero si antes les mataba yo a puñaladas... ¿ahora son ellos los que me quieren matar a mi?"