jueves, 20 de septiembre de 2007

La huida

Burn, Hollywood, burn

Los tiempos cambian, y en Hollywood los atisbos de originalidad quedan enterrados bajo toneladas de vulgares hornadas de tópicos y pueriles fotocopias que se suceden una tras otra, sin dar tregua al espectador. Y con las décadas venideras, también desaparecieron géneros que tanto llegaron a prodigarse como la ciencia ficción, el western o el cine negro, dejándonos en una oleada de terror juvenil a base de subidones de volumen, comedia escatológica que se jacta de ello o dramas anodinos con caras conocidas que lo único que hacen es poner el caché sobre la mesa y pasar por caja, sin más.
Así que, no sólo es difícil encontrar quien trabaje bien y logre buenos resultados escogiendo sus propuestas en planet Hollywood, sino también observar una carrera ascendente tanto en directores como actores, que si bien antes se veía muy a menudo, parece que entrados en esta nueva era, han cambiado las tornas: Ahora ya no hay ascendencia, sólo popularización, popularización que lleva a firmar cada vez propuestas dirigidas al público menos exigente, más comercial, y que evita rotundamente que el estilo del realizador en sí se sobreponga a todos esos parámetros que fijan los productores que buscan arrancar un buen pellizco.
Buen ejemplo de esto último, son cineastas que se han prodigado a lo largo de tantos y tantos años, y que ahora decepcionan a su público más fiel con cintas que son meras intentonas de volver a cosechar la fama que tuvieron antaño. Puede que los casos más visibles sean los de tipos como Steven Spielberg, vendido a la industria desde hace años, Ridley Scott, que perdió el rumbo tras dejar una obra maestra como "Alien", o Tim Burton, cuyos últimos films, pese a cosechar mínimamente buenas críticas, jamás han vuelto a estar al nivel requerido, ni mucho menos, tras su ínfimo remake de "Planet of the apes" ("El planeta de los simios").
Sin embargo, quizá es mucho más flagrante el caso de otros directores que siempre han dejado su huella en todo aquello que han tocado, y que la han ido perdiendo con el paso de los años, quedando aquí patentes ejemplos como el de Quentin Tarantino (venido a menos desde que inició su periplo de particulares homenajes a todo aquello que siempre le ha gustado, es decir, desde "Kill Bill"), Brian de Palma (uno de esos que, fuera de su terreno, parece no sentirse cómodo, y no se ha cansado de firmar proyectos mediocres y flojos año tras año), Peter Jackson (que ha pasado del gore más supuestamente divertido -y digo eso, puesto que todavía me quedan varios trabajos suyos por visionar de su primera etapa- a los paseos interminables y videocliperos por Nueva Zelanda), Sam Raimi (que tras abandonar su épica trilogía y un par de series B más se ha movido con desidia de un género a otro sin volver a atinar plenamente) o Martin Scorsese (que, no contento con un poco más que interesante biopic y un pueril espectáculo en la New York del siglo IXX, ahora se dedica a realizar remakes de films que ya estaban bien como estaban, aunque algo positivo hay que destacar: Como mínimo, tras su otra faceta, produce interesantes documentales que nunca vienen de menos).
Más retrasados quedan otros cineastas como los hermanos Coen (cuyas comedias, quizá han rendido a un nivel decente, aunque es algo que no deja de suponer su venida al cine más comercial) o como Kevin Smith (que, tras "Chasing Amy" -"Persiguiendo a Amy"- no había vuelto a atinar hasta "Clerks 2").

Dos de las películas que dejaron al destape a tres de los genios creativos de los 90:
"Dogma" (Kevin Smith) y "Intolerable cruelty" (Joel & Ethan Coen)


Dejando de lado todos estos casos hallamos los de intérpretes que, sin saber porque, han decidido huir de Hollywood ya sea para embarcarse en nuevas experiencias o, quizá, para salir de la monotonía argumental que reina en el hall de la fama, siendo los ejemplos más patentes actores como Nicole Kidman (quizá una de las que más se ha movido, desde el "Dogville" de Von Trier hasta "Los otros" de Amenabar, pasando por el "Moulin rouge" de Bazz Luhrmann o "The interpreter" -"La intérprete"- de Pollack e, incluso, "Eyes wide shut" del maestro Kubrick), Gabriel Byrne (colaborando con grandes como Billie August con "Smila" -"Smilla, misterio en la nieve"- o David Cronenberg con "Spider", sin dejar atrás directores fiables como el casi nóvel Ray Lawrence, con el que rodó "Jindabyne"), la jovencísima Natalie Portman (que ha llegado a rodar en Israel con Amos Gitai, "Free zone" -"Zona libre"-, o en Hong Kong y pendiente de estrenar con Wong Kar-Wai, "My blueberry nights", sin dejar de lado colaboraciones como las de Milos Forman ("Goya's ghosts" -"Los fantasmas de Goya") o su pequeña participación en "Paris, je t'aime") o el polifacético Tim Robbins (que ha trabajado en lugares como España, con Coixet en "La vida secreta de las palabras", o Inglaterra, con Winterbottom en "Code 46" -"Código 46"-).
Dejando de lado casos tan prolíficos como los de estos intérpretes entre otros (como Matt Dillon y su "Factotum", por nombrar algo más), están aquellos que, incluso huyendo de Hollywood no logran encontrar su rincón, como Harvey Keitel con las mal recibidas por el público "One last dance" ("El baile de la muerte") o "The bridge of San Luis Rey" ("El puente de San Luis Rey"), entre otros.
Por último, podríamos hallar los que han sido más avispados que nadie y que, además de emigrar para dar rienda suelta a sus aptitudes interpretativas, han sabido escoger y rodar fantásticos anuncios, como el caso del reputado por sus peluquines Nicholas Kim Coppola (AKA Nicolas Cage), siendo todo un ejemplo de versatilidad artística y dejando perlas como las siguientes:

Nick cantando: http://www.youtube.com/watch?v=-MnStG1u7-I&mode=related&search=
Nick bailoteando: http://www.youtube.com/watch?v=oHwhQyiefFw&mode=related&search=
Nick poniendo caretos: http://www.youtube.com/watch?v=94GA5Sgz7JA&mode=related&search=

"Que bien me queda mi nueva peluca de ratas japonesas. Sayonara, amigos"

En definitiva, todo un crack el amigo. Esperemos que su próximo trabajo sea con el señor de los avernos, herr doctorr.