miércoles, 3 de octubre de 2007

Hollywoodland

Hollywood, o la máquina de los sueños engrasada a base de cheques extraorbitados. Hollywood, o el lugar que escogen decenas y decenas de cineastas cada año para medrar artísticamente (o no). Hollywood, esa tierra que atrae a desconocidos y curiosos en busca de nuevas experiencias o de llegar a un cine más presupuestario, menos arriesgado y más complaciente.

Sin duda alguna, sino todos, la mayoría de realizadores que aparecen en Europa, el continente asiático o demás paises de la misma afluencia cinéfila -a nivel de propuestas y artistas salidos de ellos- (quizá merecería la pena destacar algunos como Canadá, Australia o Nueva Zelanda), terminan, por un nada extraño motivo, pisando tierras estadounidenses, ya sea pronto o tarde.
Los ejemplos son evidentes y están a la vista de cualquiera, ya hablemos de pasado (Fritz Lang, que bien pronto saltó al otro lado del charco con su "Fury" -"Furia"-, Murnau, que lo hizo al final de su carrera con "Sunrise" -"Amanecer"- o otros tantos como Louis Malle, Alfred Hitchcock, David Lean, Max Ophüls, etc...) o presente (Jean-Pierre Jeunet con su "Alien: Resurrection" -"Alien: Resurrección"-, Jean-Jacques Annaud gracias a "Seven years in Tibet" -"Siete años en el Tibet"-, o los nada desechables Danny Boyle, Alejandro González-Iñárritu, Guillermo del Toro, Jim Sheridan, Alfonso Cuarón, Neil Jordan, Ang Lee etc...) y, como no, de futuro.

Y como el futuro siempre resulta algo más prometedor que el presente y el pasado, porqué no dedicarle unas lineas de más.
Si nos sumergimos en todos esos autores que han ido sobresaliendo últimamente gracias a sus trabajos, ya fueran más curiosos, conflictivos o sencillos, podríamos fijar un eje y destacar, ante todo, esos que han sabido provocar unas expectativas tras su figura, como sería el caso del controvertido Michael Haneke, la reflexiva Susanne Bier o el serio Olivier Hirschbiegel.
El primero de todos los casos, no es otro que el de un cineasta que lleva ya casi dos décadas vertiendo reflexiones entorno a una sociedad cada vez más corrompida y atada a los nuevos tiempos que, en este caso, realizará un remake de uno de sus films más rompedores como es "Funny games" y que contará con la presencia de grandes intérpretes como Naomi Watts o Tim Roth, mientrastanto, el segundo caso, el de la danesa Bier, es el de una realizadora que ha querido llevar esos dramas siempre teñidos de una pizca de controversia al otro lado del charco y que, en su afán por seguir dando un gran rendimiento como hasta ahora, ha echado mano de otros grandes como Benicio del Toro o Halle Berry, en último lugar, muy distinto es el caso de Hirschbiegel, ese director bávaro que sorprendió tanto con su "Das experiment" -"El experimento"- como, a posteriori, con "Das untergang" -"El hundimiento"- y que, últimamente, fue reclamado para rodar el remake de "Invasion of the body snatchers" -"La invasión de los ladrones de cuerpos"- (cinta que, a su vez, ya había sido versionada en dos ocasiones más: La primera a cargo de Philip Kaufman y su "Invasion of the body snatchers" -"La invasión de los ultracuerpos"- y la segunda por parte de Abel Ferrara, en un trabajo mucho más personal con "Body snatchers" -"Secuestradores de cuerpos"-), un remake que, si bien llevó a cabo, y en una maniobra del todo habitual por no hallar la suficiente acción demandada, fue obligado a repetir en según que secuencias para añadir más acción de la que ya se hallaba en la versión del alemán y que, finalmente, fue retocada por James McTeigue (el responsable de "V de Vendetta").

¿Ahora a los directores les ha dado por estropear sus propias pelis remakeandolas en USA?

Dejando atrás quizá los casos más destacables, también cabría echar una mirada hacía otros como los del reputado hongkones (gracias a esa "Infernal affairs" -"Juego sucio"- con remake estadounidense por Scorsese en "The departed" -"Infiltrados"-) Wai Keung Lau, que ha sido el encargado de dirigir "The flock" -"El caso Wells"- (que se estrenará en Sitges dentro de una semana) con Richard Gere y Claire Danes, el neozelandés Andrew Dominik, que si bien con su debut "Chopper" no generó suficientes expectativas, sí lo está haciendo con "The assassination of Jesse James by the coward Robert Ford" o, en último lugar, el laureado Terry George que dentro de unos meses estrenará "Reservation road" con Joaquin Phoenix y Jennifer Connelly.

Sí, otra vez "The assassination of Jesse James by the coward Robert Ford". Estoy pesadito con la peli. Y?!?!?

De todos modos, puede que el caso más curioso provenga de unas tierras como las húngaras, lugar donde nunca se han prodigado en exceso y en el que, probablemente, Bela Tarr ha sido uno de sus más destacados cineastas. Pues bien, de Hungría provienen dos de los tipos que más sorprendieron con sus óperas primas, el en múltiples ocasiones director de fotografía Lajos Koltai ("Malèna", "Sunshine" de Szabó o "Being Julia" -"Conociendo a Julia"- son algunos de sus trabajos como fotógrafo) que ahora vuelve con "Evening" ("El atardecer") después de haber sido ovacionado por su "Fateless" ("Sin destino") o Nimród Antal, otro que sorprendió con su "Kontroll", ha rodado este año "Vacancy" ("Habitación sin salida") ya en USA, y tiene apalabrado otro proyecto ("Armored").

Una de esas rarezas que, sólo por curiosidad, merecen ser vistas

En este caso, habría que dirigirse a la obra del primero para darnos cuenta de que, por muy laureado que se pueda salir, la cosa no es tan fácil, y que la forma no hace el fondo. Es decir, Lajos Koltai sigue cayendo en el mismo error que en su primera obra desechó un trabajo que podría haber sido interesante y lo tiró por la borda debido a unas intenciones que no terminaban de ser del todo honestas y a un resultado que, una vez concluido, no calaba como se supone que debiera ser normal en una propuesta de las características de "Fateless".
Pero bueno, si nos sumergimos de lleno ya en "Evening", podríamos decir que su principal error, amen de el ya comentado (forma no es fondo), es el de querer conducir su relato a través de un doble hilo de narración, uno situado en el presente y otro situado en el pasado a modo de flashback, y es que el hecho de que uno pese mucho más que el otro, ya sea por una presencia de intérpretes más volcados, un vigor más patente en pantalla o una historia muchísimo más estimulante, hace que decrezca el relato que, en un principio, debería ser principal, pues es a través del cual se narra la segunda historia.

Puede que la mejor virtud de "Evening" sea la de no resultar una cinta pesada o cargante pese a su abultado metraje, ya que toda esa amplia presentación de personajes y esas historias que se siguen con suma naturalidad, otorgan un plus al conjunto que, de no ser por ello, quedaría en un cúmulo de subtramas de tintes dramáticos mil veces vistas.

Hugh Dancy, una de las pocas revelaciones de "Evening"

Por otro lado, la incorporación de intérpretes tan prometedores como Hugh Dancy o Patrick Wilson, o de actrices tan interesantes como Claire Danes, ofrecen un punto de sugestividad y, en especial el primero de ellos, con su brillante aportación, dan un aplomo mucho más constante a lo largo de todo el trayecto por el cual Koltai deshilbana su film.
Vamos, que el húngaro lo único que ha hecho es emigrar con sus virtudes y sus defectos al otro lado del Atlántico y parece que la cosa no ha funcionado. Esperemos a ver, en un futuro.